Microbios y su impacto en monumentos históricos
Los microbios, como algas, bacterias y hongos, están atacando las estructuras antiguas, incluidas algunas que son monumentos históricos. Al entender mejor cómo actúan, podemos mitigar los daños. Por ejemplo, se están utilizando bacterias para limpiar grafitis y se están probando aceites esenciales en el Coliseo de Roma.
El caso de la cueva de Lascaux
En la cueva de Lascaux, el turismo excesivo provocó la proliferación de hongos negros debido a la condensación de agua, el aumento de temperatura, y la concentración de CO2 y materia orgánica. La presencia de humanos alteró el equilibrio microbiano, lo que llevó al cierre de la cueva al público. Actualmente, con un mejor control del clima y acceso limitado, la cueva está en mejores condiciones, pero sigue siendo vulnerable. La creación de una réplica, Lascaux IV, permite al público visitar una representación de la cueva original.
La biodeterioración de los bienes culturales
El crecimiento de microalgas, cianobacterias o musgos en techos, el amarillamiento de paredes de cuevas, y la descomposición de estructuras de madera son ejemplos de biodeterioración. Este fenómeno se refiere a cualquier cambio indeseable en las propiedades de un bien cultural causado por organismos vivos. Aunque los microorganismos son omnipresentes y no siempre dañinos, su papel en el reciclaje de materia orgánica es crucial.
Investigación y estrategias para la conservación
La investigación sobre la biodeterioración es vital para preservar los bienes culturales de ataques biológicos. En Europa, se está avanzando en la comprensión de los mecanismos de biodeterioración para prevenir, diagnosticar y tratar mejor estos problemas. La estrategia se centra en entender para prevenir y tratar de manera más efectiva.
Qué recordar sobre la conservación de monumentos históricos
La lucha contra la biodeterioración de monumentos históricos es un desafío continuo que requiere un enfoque multidisciplinario. Aunque la investigación ha avanzado en la comprensión de los procesos microbianos y en el desarrollo de tratamientos innovadores, como el uso de bacterias para limpiar grafitis o aceites esenciales para tratar el Coliseo, la situación sigue siendo frágil. Es crucial equilibrar la conservación con el acceso del público para garantizar que estas maravillas culturales se preserven para las generaciones futuras. La discusión sobre cómo manejar este equilibrio es vital y genera debate sobre el papel del turismo y la responsabilidad en la preservación del patrimonio cultural.